Estos días ando bastante ocupado… y cansado. Y es que estamos de Feria en Sevilla… de Feria del Libro. La de las sevillanas y el rebujito ya pasó (afortunadamente). Ya sé que la foto engaña (digamos que es un señuelo) y pertenece a esa otra feria, la de las sevillanas y el rebujito, que –por cierto- tiene bastante más aceptación que la de los libros.
Estamos en un mundo en crisis. Pero este desaguisado no se va a solucionar con inyecciones al sector financiero, al automovilístico o al de la construcción. El problema es que la crisis económica viene determinada por una crisis de valores a la que casi nadie parece hacerle ni puñetero caso. La falta de educación de la sociedad comienza a ser más que preocupante; y la cultura, que yo sepa, no tiene inyecciones sino permanentes puyazos. Un ejemplo: las páginas dedicadas a cultura en los periódicos últimamente se ven cercenadas en beneficio de la crónica social y de los deportes. El fútbol es el nuevo opio del pueblo. El circo de nuestros días. Panem et circenses. Como cada vez hay menos pan, pues se necesita más circo para tener distraído al personal.
En medio de esta dominación romana, hay una pequeña aldea de irreductibles galos que se resisten a claudicar: los periodistas culturales. Recientemente se ha creado la Asociación de Periodistas Culturales de Andalucía “José María Bernáldez”, presidida por Manuel Pedraz, con unos objetivos muy definidos: fomentar la presencia de la información cultural en los medios de comunicación, trabajar por la formación y la especialización de los periodistas culturales de Andalucía, defender sus intereses profesionales, velar por el pleno ejercicio de la libertad de expresión en los medios de comunicación en cualquiera de sus soportes y acercar el hecho cultural a la ciudadanía.
Ayer tuve la oportunidad de asistir a las primeras charlas organizadas por esta asociación, en las que intervinieron algunos de los periodistas culturales más interesantes de este país: Jesús Vigorra, Sergio Vila-San Juan, Toni Iturbe, Guillermo Altares… y, sinceramente, me congratulé de comprobar que aún quedan voces potentes en pos de la cultura. Hálitos de aire fresco dentro de una atmósfera enrarecida.
Le deseo larga vida y muchos éxitos a la asociación. No se le escapa a nadie que los que estamos metidos en este tinglado necesitamos de los periodistas culturales. Así que ayer quise, como autor, estar presente en su puesta de largo para prestarles mi humilde apoyo.
Quizás algún día el circo pierda terreno en beneficio de los libros. Por soñar… Tal y como reza el lema de la asociación: “Por grandes y profundos que sean los conocimientos de un hombre, el día menos pensado encuentra en el libro que menos valga a sus ojos, alguna frase que le enseña algo que ignora”. Sabias palabras de Mariano José de Larra. Brindo por ellas.
Estamos en un mundo en crisis. Pero este desaguisado no se va a solucionar con inyecciones al sector financiero, al automovilístico o al de la construcción. El problema es que la crisis económica viene determinada por una crisis de valores a la que casi nadie parece hacerle ni puñetero caso. La falta de educación de la sociedad comienza a ser más que preocupante; y la cultura, que yo sepa, no tiene inyecciones sino permanentes puyazos. Un ejemplo: las páginas dedicadas a cultura en los periódicos últimamente se ven cercenadas en beneficio de la crónica social y de los deportes. El fútbol es el nuevo opio del pueblo. El circo de nuestros días. Panem et circenses. Como cada vez hay menos pan, pues se necesita más circo para tener distraído al personal.
En medio de esta dominación romana, hay una pequeña aldea de irreductibles galos que se resisten a claudicar: los periodistas culturales. Recientemente se ha creado la Asociación de Periodistas Culturales de Andalucía “José María Bernáldez”, presidida por Manuel Pedraz, con unos objetivos muy definidos: fomentar la presencia de la información cultural en los medios de comunicación, trabajar por la formación y la especialización de los periodistas culturales de Andalucía, defender sus intereses profesionales, velar por el pleno ejercicio de la libertad de expresión en los medios de comunicación en cualquiera de sus soportes y acercar el hecho cultural a la ciudadanía.
Ayer tuve la oportunidad de asistir a las primeras charlas organizadas por esta asociación, en las que intervinieron algunos de los periodistas culturales más interesantes de este país: Jesús Vigorra, Sergio Vila-San Juan, Toni Iturbe, Guillermo Altares… y, sinceramente, me congratulé de comprobar que aún quedan voces potentes en pos de la cultura. Hálitos de aire fresco dentro de una atmósfera enrarecida.
Le deseo larga vida y muchos éxitos a la asociación. No se le escapa a nadie que los que estamos metidos en este tinglado necesitamos de los periodistas culturales. Así que ayer quise, como autor, estar presente en su puesta de largo para prestarles mi humilde apoyo.
Quizás algún día el circo pierda terreno en beneficio de los libros. Por soñar… Tal y como reza el lema de la asociación: “Por grandes y profundos que sean los conocimientos de un hombre, el día menos pensado encuentra en el libro que menos valga a sus ojos, alguna frase que le enseña algo que ignora”. Sabias palabras de Mariano José de Larra. Brindo por ellas.
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo, que razón tiene la frase que reza como lema de dicha asociación, de todo lo escrito se aprende;aunque hay personas que dicen lo contrario,alegan que que de un mal libro no se saca nada.Yo,aprendí a leer y escribir con los tebeos de Pumby, si me aficine a la lectura, fue gracias aun simple gatito de unos tebeos, por eso estoy tan de acuerdo con ese lema.
Por favor, que no se pierda el periodismo cultural;somos la cultura que absorbemos.
Un saludo Felix.
Hola, Félix: te acabo de enlazar en mi blog. Es sencillo. Sólo tienes que irte a diseño y seguir los pasos.
Un abrazo,
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