Quizás, algunos recuerden que esta foto ya me sirvió en una entrada del mes de marzo. Entonces, simplemente decía: buscando alma en la madera. Hoy la quiero mostrar como retrato de Manuel Carmona, uno de los más ilustres imagineros contemporáneos, que amablemente me abrió la puerta de su taller de la calle Castellar para contarme detalles de su trabajo, cuando estaba documéntandome para La sangre de los crucificados.
Acabo de leer en el periódico que se encuentra ingresado en el hospital al haberse amputado dos dedos de la mano izquierda con una sierra (el pulgar, irrecuperable), pero Manuel dice que no ha perdido la ilusión y que piensa continuar trabajando, aunque adelanta que lo hará más despacio.
Desde aquí, le deseo una pronta recuperación, para que pueda seguir buscando el alma en la madera.
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