Alguien dijo que los dos atardeceres más bellos de su vida los había contemplado desde el Cañón del Colorado y desde el Mirador de San Nicolás, frente a la Alhambra de Granada.
Una de las cosas buenas que nos ha proporcionado la civilización es que el hombre es capaz de crear obras de arte que se permiten la osadía de competir con las maravillas de la naturaleza. Esta semana he visto nacer al Ebro...
...y he conocido una casa muy especial en Villalpando.
Una de las cosas buenas que nos ha proporcionado la civilización es que el hombre es capaz de crear obras de arte que se permiten la osadía de competir con las maravillas de la naturaleza. Esta semana he visto nacer al Ebro...
...y he conocido una casa muy especial en Villalpando.
El rincón de San Cayetano es más que un alojamiento rural. Es la obra que sólo puede ejecutar una persona que sepa combinar el buen gusto con el amor a su pueblo. Mi amiga Pilar Casado es una de esas personas.
Cuando compró una vieja vivienda casi derruida no podía imaginarse que su esqueleto estaba formado por los arcos de la desaparecida iglesia de Santiago. Y fue restaurando piedra a piedra hasta sacar a la luz ese arte escondido. Pero quizás el mayor mérito de Pilar haya sido el de recuperar un trozo de historia y hacerlo acogedor… muy acogedor.
Villalpando tiene unas llanuras inmensas de campos que mudan su color en cada estación y en cada momento del día; alberga una de las plazas porticadas más hermosas de Castilla y además conserva la Puerta de San Andrés –nuestra querida Puerta Villa-. Ahora también tiene El rincón de San Cayetano. Un motivo más para visitar el pueblo. Si tienen la oportunidad de alojarse en este rincón, no se arrepentirán.
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