Hay una ciudad en el norte que, durante casi todo el siglo XX, vivió acomplejada ante la belleza de sus vecinas Santander y San Sebastián.
Pero en los últimos tiempos, el patito feo se ha convertido en un cisne y es una villa que asombra a quienes la conocimos en plena efervescencia industrial.
Este cambio no ha pasado desapercibido a los ojos de la humanidad y Bilbao acaba de recibir en Singapur el Lee Kuan Yew World City Prize, máximo galardón a nivel mundial para las ciudades, por su proceso de transformación.
Quienes hemos amado a aquella Bilbao de entonces, nos sentimos orgullosos de que hoy sea considerada bella y de que el mundo la vea como nosotros siempre la vimos.
Pero en los últimos tiempos, el patito feo se ha convertido en un cisne y es una villa que asombra a quienes la conocimos en plena efervescencia industrial.
Este cambio no ha pasado desapercibido a los ojos de la humanidad y Bilbao acaba de recibir en Singapur el Lee Kuan Yew World City Prize, máximo galardón a nivel mundial para las ciudades, por su proceso de transformación.
Quienes hemos amado a aquella Bilbao de entonces, nos sentimos orgullosos de que hoy sea considerada bella y de que el mundo la vea como nosotros siempre la vimos.
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