Lo cierto es que fue mi amigo José quien se tumbó en el banco para tomar una foto apaisada de las Torres Gemelas. Yo, que me acababa de comprar su misma cámara (una Pentax P-3o de enfoque manual), esperé a que se levantara para copiarle su original idea.
Nueve años después, un loco acabó con ellas. Y nueve años después, los seals americanos han acabado con él, al estilo de unas de esas pelis de comandos que a partir de ahora nos costará menos trabajo creer.
2 comentarios:
Es triste que toda una sociedad de millones de personas se alegren de la muerte de una persona... aunque esa persona perdió su calidad de Humano muchos años atrás, hipotecada en pos de unos ideales que son dudosos en su espíritu si justifican la muerte de otros para alcanzar su máximo anhelo. Ese ser degenerado ha muerto... no así su esencia, su espíritu, que otros ya tienen integrado en su alma y no dudarán en llevar a la práctica --o al menos intentarlo-- en honor a su ponzoñosa memoria.
Tanto el 11S como el 11M como el atentado de Londres, como tantas y tantas burradas que han hecho persiguiendo unos ideales, todas las personas de bien sentimos morir con tatas miles de personas.
Preciosa foto, Félix. Bonito homenaje.
Besos miles
Hola, Lola:
en realidad, no me he alegrado por esa muerte sino que me ha vuelto a asaltar la tristeza por las víctimas, a las que espero que nunca se las deje de homenajear.
Un cordial saludo.
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