Corría el mes de noviembre de 2008 cuando yo me encontraba en medio de Muerte dulce, bastante atascado, tratando de solventar las dudas que me asaltaban sobre si sería capaz de terminar mi segunda novela con un mínimo de dignidad. Cualquiera que haya escrito algo, sabe a lo que me refiero. El problema de los escritores es que no tenemos a quién acudir en caso de un problema en el trabajo; ya que, por lo normal, debemos arreglar nuestras cuitas por nosotros mismos -únicamente, acompañados, si acaso, por nuestros fantasmas-. Y es que, más por suerte que por desgracia, nadie puede desentrañar los misterios que se esconden en cerebros ajenos.
El caso es que en plena crisis, a través de mi editorial, me llegó la reseña de La sangre de los crucificados escrita en un suplemento literario por un tipo de Murcia (de Molina de Segura, para más señas). Comenzaba diciendo: Toquen las campanas (y toquen bien fuerte), porque tenemos novelista... Enfrascado en la soledad del escritor, aquella reseña me insufló el ánimo suficiente para concluir Muerte dulce. Así que ya entenderán por qué me considero en deuda con el autor de aquella amable crítica, un tal Rubén Castillo.
Ahora, Ediciones Baladí le acaba de publicar su novela Las hogueras fosfóricas (sugerente título y contundente cubierta), en la que cuenta la historia de un hombre y una mujer que se encuentran en un chat erótico.
Así que ya saben cuál será mi lectura de este fin de semana.
Desde aquí, quiero enviarle mi más sincera enhorabuena a Rubén por su obra, a la espera de poder darle un fuerte abrazo el día que pueda conocerle en persona.
¡Suerte, amigo!
P.D. Mañana sábado, andaré de 19:30 a 20:30 por los alrededores de la caseta n º14 en la Feria del Libro de Sevilla.
6 comentarios:
Por desgracia no he podido pasar a verte... y conocerte. Mi obligaciones de 5 tardes a la semana me lo han impedido. Espero -paciente- a que llegue otra ocasión y deseo que te hayan visitado muchos lectores deseando una firma y dedicatoria tuya. Un abrazo y besos miles
Habrá más oportunidades, Lola.
Un cordial saludo.
Creo que me voy a animar a leer la novela de Rubén Castillo...
Saludos!! ; )
Espero que te guste, Alma. Y luego, te recomiendo En la luz inmóvil, de Ramón Pernas.Un cordial saludo.
¿Os gustó la novela? ¿La recomendáis?
Excitante, profunda e imprevisible.
Absolutamente recomendable.
Publicar un comentario