El Zubizuri (del euskera: puente blanco) es uno de esos ejemplos claros de que no siempre diseño y funcionalidad van de la mano.
Su suelo de cristal ha provocado bastantes resbalones y caídas entre sus transeúntes, al igual que ha sucedido con su homólogo veneciano. Además, la decisión del ayuntamiento de levantar una plataforma para unirlo con la Puerta Isozaki (apellido japonés, que conste) provocó la denuncia de su arquitecto, Santiago Calatrava.
Al margen de pleitos y resbalones, el Zubizuri forma parte ya del paisaje bilbaíno. Aquí dejo estas fotos para presentárselo a los que no lo conozcan, ahora que está a punto de convertirse en un quinceañero.
Por cierto, pueden ver aquí una magnífica foto del Zubizuri, tomada al atardecer por Javier T. Palacio.
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