Hoy he vuelto a pasear bajo la lluvia en una playa.
A pesar de no llevar paraguas, me ha invadido un extraño estado de
confortabilidad. Parecía estar más al calor de un hogar que sometido al viento
del norte. Aunque a mi alrededor apenas había nadie, no estaba solo. Venían
conmigo personas que nunca volveré a ver; a cambio me han acompañado otras a
quien nunca he visto pero lo haré. Y es que en las soledades elegidas uno nunca
se encuentra vacío, por mucho que le invada la nostalgia.
domingo, 7 de enero de 2018
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