Ya tenía ganas de sacar mi trípode por Salamanca. Este fin de semana, hice un recorrido de dos horas por su impresionante zona monumental y obtuve unas cuantas fotografías como las que les muestro hoy.
Por muchas veces que la visite, nunca dejará de maravillarme Salamanca. Y no sólo se trata de que le tenga un cariño especial por los cinco años de universidad. Es que realmente, la capital charra tiene un encanto casi mágico.
Tan especial es para mí que en ella he situado al protagonista de mis dos novelas publicadas y confío en que haya otras muchas con don Fernando de Zúñiga recorriendo sus calles desfaciendo entuertos.
No sé si será la ciudad más bonita de España cuando es de día pero, desde luego, lo es cuando cae la noche. Y estoy seguro de que don Fernando de Zúñiga se batiría en duelo con quien afirmase lo contrario... y yo, igual hasta también.
5 comentarios:
Ciertamente "engancha" esta ciudad, aunque haya plazas mejores, catedrales más grandiosas, románicos más puros, claustros más silenciosos o edificios más singulares en otras ciudades, porque el "enhechizo" salmantino es único y, a veces, casi inexplicable.
Ah! La foto de La Salina... ¡espectacular!, como el resto.
Cordialmente,
Félix
Que bonita ciudad y cuantos recuerdos. Por cierto, me han dicho que empezaste a escribir en una revista de Derecho y no la encuentro por ningún sitio.
Ay, Belén... ¡dónde quedaría aquella revista! Pero me la has recordado y será la próxima entrada de este blog.
Saludos.
Qué preciosidad de fotos, mira que llevo toda mi vida viviendo aquí y no me canso de admirar mi ciudad. Cuando vuelvas aquí, tienes que escalar las torres de la Clerecía, te van a encantar. Muchas gracias por enviarme el enlace, como buena "charra militante" he disfrutado muchísimo de las fotos y de las preciosas palabras que las acompañan.
Un beso charro!!
Gracias, Shaka. Desde luego que subiré a la Clerecía, más pronto que tarde.
Un afectuoso saludo.
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