A raíz de una pequeña intervención en un reportaje televisivo sobre cómo se documentan los escritores de novela histórica, he regresado al siglo XVII.
Después de dos años imbuido en la Belle Époque, he retornado a algunos lugares donde ambienté La sangre de los crucificados y he vuelto a tomar en mis manos algunos de los libros que usé en mi primera novela, como Judíos o cristianos de Victoria González de Caldas o El auto general de fe de 1680 de Jesús M. Vegazo Palacios, dos magníficos trabajos sobre la Inquisición.
Parece mentira que ya hayan transcurrido cinco años desde que la gesté, desde que me zampé todos los libros que era capaz de conseguir relacionados con el siglo XVII, desde que recorrí los escenarios por los que antes transitaron don Fernando de Zúñiga y su fiel Pelayo, allá por 1682.
Han reaparecido en mi memoria la iglesia de San Claudio de Olivares en Zamora, el monasterio de Las Batuecas en Salamanca o la plaza Mayor de Madrid, junto a personajes históricos que me acompañaron a lo largo de la trama (el rey Carlos II, don Diego de Velázquez, doña Mariana de Austria, Pedro Roldán, Ruiz Gijón, Valdés Leal...).
La novela habrá podido gustar más o menos, pero lo que nadie puede dudar es que me dejé la piel en ella y trabajé la ambientación histórica hasta rozar la obsesión. Por eso, me reconforta comprobar cómo La sangre de los crucificados aún se mantiene en muchas librerías después de cuatro años de su publicación, habiéndose convertido en un long-seller.
Adivino cómo se documentan el resto de escritores de novela histórica. El método no puede ser otro: dejándose la vista entre decenas de libros y recorriendo cientos de kilómetros para ver una estatua en una iglesia. Es decir, leyendo, viajando… y desenjaulando la imaginación.
4 comentarios:
No te quepa la menor duda, aunque unos más y mejor que otros y eso se nota en el resultado final. Te lo digo "por experiencia".
Cordialmente,
Félix
Al menos, lectores como tú recompensan el esfuerzo.
Un abrazo.
Tu novela fue y es una gran novela, mejor documentada que muchas, mejor ambientada que casi todas. No, no todos los escritores se documentan como tú, créeme... De hecho, a algunos, «los documentan», como bien sabrás, lo que lleva a que cometan los errores garrafales que algunos cometen y que restan lustre a la que podría ser una buena obra. Y hablo de más de una novela muy famosa...
No dudes que tus novelas son magníficas.
Besos miles
Gracias por tus palabras, Lola, tan amables como siempre.
Un cordial saludo.
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