sábado, 25 de febrero de 2012

Portentos y prodigios del Siglo de Oro

A Luciano López Gutiérrez y a mí nos unen unas cuantas cosas. Y supongo que él y yo estamos de acuerdo en que una de las que nos llegan al corazón es la de ser hijos de dos hombres buenos que lucharon por la armonía de su pueblo, siempre fieles a sus ideas, sin ningún tipo de vaivén político ni moral. Y es que, en cierto modo, Félix González Ares ha recogido el testigo de Luciano López García.
Pero hoy he venido a hablar de sus libros. Para mí fue una suerte que publicara Esbozo para un vocabulario de la Tierra de Campos zamorana justo cuando yo trabajaba en Muerte dulce, de modo que pudiera poner en boca de Pelayo algunas de las palabras que recogía Luciano.
Posteriormente, me facilitó un manuscrito en el que realizaba un magnífico trabajo sobre las supersticiones del Siglo de Oro. En él se hablaba de hombres nacidos de bestias, de leyendas, de exorcismos, de criaturas prodigiosos, de miradas que mataban... Los que hayan leído alguna de las novelas de don Fernando de Zúñiga entenderán que este libro supone para mí una curiosa fuente de inspiración.
Hoy ese manuscrito ve la luz de las librerías con el título Portentos y prodigios del Siglo de Oro (editorial Nowtilus). Se presentará el 7 de marzo a las 19:30 horas en la Casa del Libro de Madrid (Gran Via nº29).
Y yo que me alegro por Luciano. Su padre, desde el cielo, tiene un motivo más para estar contento.   

lunes, 20 de febrero de 2012

La dama de Skye II

No descubro nada cuando digo que lo más gratificante para un escritor es ser leído. Por eso, tengo que agradecerle a Luciano López Gutiérrez que eligiera mi relato titulado La dama de Skye para trabajar con sus alumnos de 4º ESO.  Según me indicó, se fijaron en la perspectiva del narrador, en la ordenación de la historia, en la delineación de los personajes, en los principales asuntos que tocaba y en posibles antecedentes en relación a otros relatos que ya habían leído en clase. Y como tenía un final abierto, el profesor les propuso a sus alumnos que continuaran con la historia. 
Luciano eligió uno de esos trabajos y me lo mandó. Así que no me resisto a mostrarles el final que Sandra Iglesias Pavón creó para La dama de Skye. Mi más sincera enhorabuena para ella, para Luciano por su iniciativa y a todos sus alumnos por disponer de un profesor que va más allá de la mera teoría.

     Martín balbuceó como unas tres veces el nombre de Isla, su mirada hablaba por sí sola, acababa de encontrar a su obsesión, a su perdición, a la mujer de sus sueños , a su diosa pelirroja…
    Su instinto le hizo levantarse bruscamente de la butaca, esto le permitió situarse a la altura de sus ojos y pudo contemplarla, era ella, exacta a las descripciones del libro. Pudo captar el dulce aroma que desprendía su perfume y la calidez de su mirada , lo único que los labios de Martín pudieron pronunciar fue: -¿Eres tú?, ¿Eres real? – Isla contestó: -¿Por qué todos los lectores me preguntan lo mismo?-¿Es que acaso no me ves?-Entonces Martín comprendió  que no era el único esclavo de aquel personaje de novela, que, al igual que él, otros muchos moribundos de amor se habían quedado prendados de los encantos de Isla.
    Martín cayó desplomado sobre su butaca e Isla continuó con su trabajo. Durante los restantes minutos de viaje quedó absorbido y extasiado, no pudo despegar sus ojos llorosos, llenos de pasión por Isla. En su cabeza rondaba la desesperación…..por fin se había topado con su diosa pelirroja y la había dejado marchar, comprendiendo  que su amor no iba mas allá de las páginas de una  novela.  

domingo, 19 de febrero de 2012

Salobreña

Creo haber comentado que Eduardo Mendoza, al enterarse de la trama de la novela en la que yo estaba trabajando, me dijo que la mejor manera de escribir sobre tu tierra era desde la distancia.
Para mí, que acababa de leer su magistral La ciudad de los prodigios fue un acicate para seguir adelante con mi propia ciudad... la de los ojos grises.
Y sí, la he escrito desde la distancia. Por un lado, durante un sinfín de noches sevillanas después de llegar a casa tras jornadas de doce horas de trabajo. Y por otro, en los fines de semana, muchos de los cuáles los he disfrutado en Salobreña.
No pueden imaginarse la satisfacción que me produce sentarme al aire libre, con vistas al viejo pueblo, a su cielo azulado, al mar Meditárreneo y a las cumbres nevadas de Sierra Nevada, con la única preocupación de elegir las palabras precisas y las frases adecuadas para una historia. Y además sabiendo que incluso puede haber pulpo para comer. 
En Salobreña brotaba la inspiración de manera natural. Por eso, de allí han salido muchas páginas de esta novela y se han pulido el resto. A casi mil kilómetros de Bilbao. Al menos, he seguido el consejo de Mendoza y puedo decir que La ciudad de los ojos grises está escrita desde la distancia.... y también desde el corazón.

jueves, 9 de febrero de 2012

Que alguien me lo explique

Perdonen mi ignorancia pero considerando el tinglado, tal y como está montado, no acabo de entender el asunto este de la gratuidad…  en general. Casi todos los contenidos en Internet comenzaron siendo de acceso libre y, cuando se han querido comenzar a cobrar, la inmensa mayoría de los usuarios los piratea o, simplemente, deja de usarlos.
Uno de los principales problemas de la prensa fue su error de cálculo en su salto a Internet. Sus responsables pensaron que los ingresos de publicidad les harían ganar más dinero… y se equivocaron. Ocurrió todo lo contrario: se redujeron drásticamente sus ventas en papel y, ni siquiera en los tiempos previos a la crisis, la publicidad consiguió cubrir costes.
Y permítanme que manifieste mi escepticismo en lo que se refiere a esas políticas suicidas en busca de cuotas de mercado para luego tratar de hacerlas rentables. Ahí tienen lo que ha pasado con un sinfín de inversores, empresas, e incluso de entidades financieras.  
Me preocupa, y mucho, el borreguismo –entiéndase, por favor, sin connotaciones peyorativas-. Nos dejamos arrastrar por las modas y por las opiniones de la mayoría. Si no estás en Facebook, no existes. Tener la tele o el ordenador encendidos es una costumbre generalizada. ¿Es que pasar la mayor parte de nuestra vida ante una pantalla (que no sea de cine) nos hace más felices?
Si alguien quiere quedarse enredado entre las redes sociales, allá él.
Nuestra alienación nos lleva a realizar diez pinchazos por hora sobre la portada de un periódico para ver si hay alguna noticia nueva o a entrar en Twitter compulsivamente, en muchos casos, para leer mensajes de gente que sólo pretende publicitarse.
Por eso, no termino de tener claro el asunto de los libros electrónicos. ¿Interesan a alguien más que a los fabricantes de lectores?
Todo esto viene a que acabo de enterarme de que las tres cuartas partes de las descargas de libros electrónicos en España en 2011 se hicieron gratuitamente.
Y no me malinterpreten, la autopublicación digital me parece un sistema magnífico para que todos aquellos autores que no han tenido la fortuna de encontrar una editorial puedan darse a conocer. Fuera de esta excepción, ¿existe realmente alguna obligación de cambiar el soporte? Aún no conozco a ningún lector humano (digo humano, para diferenciarlo del electrónico, que ya tiene guasa la cosa) que prefiera una tableta a un libro. Y no me vengan con aquello de que los demás lo hacen, porque ya hemos visto lo que ocurre con lo de imitar a la competencia. Como dicen las madres: si los demás se tiran a un pozo… ¿tú también?
Opino que las editoriales se equivocan al lanzar sus novedades en formato electrónico al mismo tiempo que las de papel. Si la industria discográfica hubiera sabido lo que se le avecinaba, quizás todavía estaríamos comprando discos de vinilo. Y no olvidemos que la industria editorial tiene una gran ventaja sobre la musical: ningún soporte “suena” mejor que un libro. ¿Por qué ese empeño en cambiarlo? ¿Es que nadie escarmienta en cabeza ajena? Por favor, que alguien me lo explique.

jueves, 2 de febrero de 2012

La ciudad de los ojos grises

Bueno. Pues ya está. La ciudad de los ojos grises. Este será el título de mi próxima novela que verá la luz de las librerías en abril.
Una historia de trenes perdidos en los tiempos de la Belle Époque.
Y para contar todo lo que se me ocurra sobre ella, he creado un nuevo blog:
http://laciudaddelosojosgrises.blogspot.com/
Ha comenzado la cuenta atrás.