lunes, 31 de enero de 2011

Un trocito de Bilbao

Pueden imaginarse la cara de los transeúntes del puente de Triana al ver a un tipo enchaquetado colocando una baldosa en la barandilla, con cuidado de que la susodicha no terminara en el fondo del Guadalquivir, y encima fotografiándola.
La protagonista de esta historia es la típica baldosa de Bilbao que un día, mi amigo Alfredo Gastiasoro me envío por sorpresa por correo. Cosas de arquitectos. El hecho es que tengo un trocito de Bilbao en Sevilla.
Por entonces, Alfredo no sabía que había usado su nombre y su apellido para bautizar al protagonista de mi novela (arquitecto por más señas), de una novela a la que le acabo de escribir el punto final. Ya les iré informando al respecto.
¿Que cómo me siento? Raro... como vacío. Han sido dos años robando horas a quien podía y de dónde podía para culminar un trabajo que espero pueda darme muchas satisfacciones. Aunque la mayor es la de haber podido con ella.

P.D. A última hora me he colado en la mesa de Barcelona Negra 2011 sobre Narradores desde Euskadi que tendrá lugar el jueves 3 a las 17:15. Tendré el gusto de compartirla con José Javier Abasolo, Jon Arretxe, Aingeru Epaltza, el moderador Asier Muniategi y con cuantos acudan al Palau de la Virreina (La Rambla,99).

sábado, 29 de enero de 2011

El alma de la ciudad

Me gusta visitar las ciudades fuera de temporada, cuando incluso puedes pasear sin que los turistas distersionen la idea que tú tenías de un determinado lugar, quizás engañado por una película o una postal.
Es más, prefiero transitar por rincones alejados del circuito tradicional facilitado por las guías, prescindir de lo "imprescindible", en busca del alma de la ciudad.
Si hoy les hubiera puesto una imagen del Coliseo, todos ustedes lo hubieran identificado de inmediato. Sin embargo, para mí Roma es simplemente esta foto.

sábado, 22 de enero de 2011

Momentos perdidos

Reconozco que no soy el mismo sin una cámara colgada al cuello. Mi mirada ve cuanto me rodea y, sin embargo, hay momentos que se me escapan. Aunque también es verdad que lo paso peor cuando se me escurren llevando la cámara.
Los que me leen, saben que sigo usando mi vieja Nikon con sus carretes Kodak. Quizás porque me gusta fotografiar pausado, esperando la ocasión. Me niego a realizar cien fotos de un mismo motivo para después elegir la mejor. Yo prefiero aguardar y captar el momento, a riesgo de perderlo.
Mis paseos por la calle, con o sin cámara, están llenos de momentos perdidos, dignos de haberse inmortalizado en una imagen. Antes me apesadumbraba por ello. Ya no. Muchas veces las imágenes son más indelebles en los recuerdos.

jueves, 13 de enero de 2011

Fotos intemporales

A veces, me gusta tomar fotos que no delaten el tiempo. Esta, en concreto, es del año pasado pero bien podría haber sido de principios del siglo XX.
Por cierto, es uno de los escenarios de mi próxima novela.

martes, 4 de enero de 2011

La tienda de Juanito

El pasado 21 de diciembre, mi tío Agapito Modroño escribió en su bitácora una excelente semblanza de la tienda de Juanito en Villalpando, uno de esos sitios en los que uno regresa al pasado de tal manera que si hay que describir un comercio de los años 40 del siglo XX, no es necesario haber vivido aquella época ni imaginárselo. Basta con entrar en la tienda de Juanito. Por alusiones, me permito publicar esta foto que le tomé hará cinco o seis años.
Para saber todo lo que vende, me remito al artículo de mi tío quien maneja como nadie el lenguaje terracampiño. Por cierto, sería una pena que no centrara sus energías en la elaboración de una novela costumbrista ambientada en un imaginario pueblo de Castilla, con sus odios, sus amores, rencores y venganzas... aunque sólo fuese por el empleo de un lenguaje que está a punto de desaparecer. Sería preciosa.