domingo, 21 de febrero de 2010

Mi colegio

Desde muy pequeño me llamó la atención la espectacular fachada de mi colegio.
Corrían los años 70 y "mi Portugalete" se limitaba al edificado en el siglo XX. El casco viejo resultaba demasiado viejo y quedaba fuera de nuestra ruta. Y sólo los domingos bajábamos al muelle Churruca, a ese Portugalete decimonónico de las casas señoriales que mirábamos con admiración y curiosidad por saber qué tipo de gente podía permitirse vivir allí.
Mi Portugalete era el de los edificios altos construidos para albergar al innumerable número de trabajadores que contribuyeron a que Portugalete fuese una de las poblaciones con más alta densidad de Europa.
Mi colegio constituía un oasis en medio de aquella jungla de asfalto, un lugar desde el que se podía ver el cielo. En contadas ocasiones, entrábamos por la puerta principal, donde se encontraban la dirección y la secretaría. Recuerdo que en 1976 me rompí el brazo en el patio y me llevaron a aquel "lugar prohibido" para los alumnos. Hoy más que el dolor en el codo, recuerdo la fastuosidad de esos salones.
Ayer, buceando por la red en busca de documentación para mi próxima novela, me topé con dos páginas (http://www.soydeportugalete.com/ y http://www.mareometro.com/) y un fantástico blog (http://monografiashistoricasdeportugalete.blogspot.com/) que me han hecho viajar a los tiempos de mi niñez y otros anteriores que desconocía. Gracias a ellos he podido desvelar ese pequeño misterio y es que la fachada de mi colegio pertenecía a un viejo pero bellísimo hotel, que era la mansión de los Dueñas.

domingo, 14 de febrero de 2010

El alma de la ciudad

Acabo de leer que Sevilla es la tercera ciudad preferida por los españoles para pasar este fin de semana, detrás de Madrid y Barcelona. No es de extrañar. Sin duda, es una de las ciudades más bellas del mundo.


Cuando se visita Sevilla es fácil no ver mucho más allá de la Giralda, la Maestranza, el puente de Triana, la Torre del Oro o el barrio de Santa Cruz. Es lógico, lo primero que vemos de alguien (persona o ciudad) es su aspecto exterior. Pero en un lugar que rezuma tanta historia es recomendable adentrarse en ella para poder descubrir su alma.

Y ya no voy a hablar de construcciones más olvidadas que las señaladas, como la iglesia de San Luis, el Hospital de la Caridad, el Archivo de Indias o el Museo de Bellas Artes. Por cierto, aunque resulte increíble, parece no saberse que a esta pinacoteca se la considera la segunda de España, detrás del Museo del Prado.
Simplemente, pretendía referirme a aquellos rincones, fuera del circuito turístico, que nos permiten imbuirnos en alguna medida en el alma de la ciudad. Rincones que tienen ese sabor gracias a las personas que los pueblan: las abacerías, las viejas tabernas... o la plaza del Museo un domingo por la mañana.

domingo, 7 de febrero de 2010

Imágenes y palabras

Aprovechando que empiezan los Carnavales de Venecia, iba a dejar estas fotos sin más comentarios, porque inicialmente pensé que en este caso (como en algún otro), una imagen valía más que cualquier palabra que la acompañara.
Sin embargo, vive dentro de mí esa bipolaridad, esa contradicción entre escritor y fotógrafo. Por eso, no he podido quedarme simplemente con la bella combinación de colores y formas, y se me ha ocurrido imaginar en lo que escondían esas máscaras, lo que ha dado origen a este micro relato:

Como cada mes de febrero, Marie pululaba por los aledaños de la Plaza de San Marcos. Esa tarde el sol acariciaba las columnas del Palacio Ducal, reverberando sus tonos rosáceos sobre la laguna. La mujer eligió el lugar perfecto para posar. Decenas de turistas, enarbolando sus cámaras, se arremolinaron en torno a ella como posesos, en busca de un trofeo de guerra. En pocos minutos, fue objeto de cientos de fotos. Era su momento de gloria. Su vida anodina quedaba arrinconada en estos días en los que se sentía como una estrella de cine. Marie sonreía triste tras su máscara, al tiempo que unas lágrimas clandestinas resbalaban sobre su rostro desfigurado tras el accidente de tráfico en el que perdió a su hijo.






sábado, 6 de febrero de 2010

Barcelona Negra 2010 (de vuelta)

Hay ciudades en las que se respira cultura. Por eso, no me sorprendió el numeroso público que asistió a la mesa del día 1 a las 4 de la tarde en el acto que abrió Barcelona Negra 2010. Por cierto, La Capella resultó un marco más que apropiado. Magnífico.
Me agradó ver caras que conocía y otras que se dieron a conocer. Personalmente, prefiero esta manera de acercarme a los lectores que la de estar sentado tras un mostrador en la caseta de una Feria.
Lo que más admiro de esta clase de eventos es la organización. Por fortuna, hay gente que le pone el alma y eso es de agradecer. En torno al mundo de los libros, he conocido una serie de tipos que aman tanto lo que hacen que creo que su dedicación sobrepasa su sentido del deber.
Paco Camarasa en Barcelona, Javier López Yáñez en Sevilla o Asier Muniategi en Euskadi son sólo algunos de ellos. Sin duda, unos tipos que con su trabajo nos lo ponen más fácil a lectores y escritores.