lunes, 2 de noviembre de 2009

La cuna de mi lengua

Tenía ganas de visitar San Millán de la Cogolla. Un lugar de esos donde no resulta difícil imaginarse la vida en otros tiempos. No sé por qué me imaginaba el Monasterio de Suso más grande. Por fortuna, tuve unos minutos para recorrerlo solo y sentir su silencio.
En este recóndito lugar se escribieron hace mil años las primeras palabras en castellano y en euskera. Las lenguas que se hablan en mi tierra. Dos idiomas con un futuro y un pasado común... y con algunas señas de identidad muy similares: la doble erre, el sonido de la eñe, las cinco vocales...
Me sentí reconfortado en esta cuna. En la cuna de mi lengua.

3 comentarios:

Félix dijo...

La lengua. Nuestra lengua. Estando en su cuna ¿quién no se sentiría reconfortado?
Además, sin ella, ¿hubieran existido mi admirado vizconde del Castañar y sus andanzas?
Cordialmente,
Félix

P.S.
No sé si viste que "usé" a Zúñiga y Pelayo, en una de las entradas de mi blog contando con el permiso que me diste tiempo atrás. La entrada, por no hacerla excesiva, quedó inconclusa y estaría encantado de que ambos me acompañasen en mi visita a la Catedral en un nuevo comentario del blog, con promesa firme de que sería la última vez que abusase de tus personajes. Además, al rematar la entrada, haría mención expresa de la paternidad de estos personajes y mi agradecimiento más sincero a su autor por cedérmelos para mis paseos. ¿Cuento con tu permiso?
En cualquier caso, un fuerte abrazo.
Félix

Félix G. Modroño dijo...

Por supuesto que puedes "usar" al vizconde del Castañar si lo haces así de bien y con ese cariño. Lo único que ocurre es que aún no sabemos si seguirá dando guerra en 1689, como tampoco sé el estado exacto en que se se encontraba la catedral nueva, aún inconclusa.
Me alegra saber que el doctor Zúñiga sigue en forma seis años después.
Un afectuoso saludo.

Félix dijo...

Gracias, Félix. Espero que el doctor Zúñiga siga en forma muchos más de seis años después.
Cordialmente,
Félix