lunes, 20 de febrero de 2012

La dama de Skye II

No descubro nada cuando digo que lo más gratificante para un escritor es ser leído. Por eso, tengo que agradecerle a Luciano López Gutiérrez que eligiera mi relato titulado La dama de Skye para trabajar con sus alumnos de 4º ESO.  Según me indicó, se fijaron en la perspectiva del narrador, en la ordenación de la historia, en la delineación de los personajes, en los principales asuntos que tocaba y en posibles antecedentes en relación a otros relatos que ya habían leído en clase. Y como tenía un final abierto, el profesor les propuso a sus alumnos que continuaran con la historia. 
Luciano eligió uno de esos trabajos y me lo mandó. Así que no me resisto a mostrarles el final que Sandra Iglesias Pavón creó para La dama de Skye. Mi más sincera enhorabuena para ella, para Luciano por su iniciativa y a todos sus alumnos por disponer de un profesor que va más allá de la mera teoría.

     Martín balbuceó como unas tres veces el nombre de Isla, su mirada hablaba por sí sola, acababa de encontrar a su obsesión, a su perdición, a la mujer de sus sueños , a su diosa pelirroja…
    Su instinto le hizo levantarse bruscamente de la butaca, esto le permitió situarse a la altura de sus ojos y pudo contemplarla, era ella, exacta a las descripciones del libro. Pudo captar el dulce aroma que desprendía su perfume y la calidez de su mirada , lo único que los labios de Martín pudieron pronunciar fue: -¿Eres tú?, ¿Eres real? – Isla contestó: -¿Por qué todos los lectores me preguntan lo mismo?-¿Es que acaso no me ves?-Entonces Martín comprendió  que no era el único esclavo de aquel personaje de novela, que, al igual que él, otros muchos moribundos de amor se habían quedado prendados de los encantos de Isla.
    Martín cayó desplomado sobre su butaca e Isla continuó con su trabajo. Durante los restantes minutos de viaje quedó absorbido y extasiado, no pudo despegar sus ojos llorosos, llenos de pasión por Isla. En su cabeza rondaba la desesperación…..por fin se había topado con su diosa pelirroja y la había dejado marchar, comprendiendo  que su amor no iba mas allá de las páginas de una  novela.  

6 comentarios:

ETDN dijo...

¡Oh!

¡Qué bueno!

¡Qué satisfacción!

¡Suertudo! ;)

Félix G. Modroño dijo...

Pues sí, tú lo has dicho: satisfacciones de este oficio tan tortuoso como gratificante.
Un afectuoso saludo.

Sandra Iglesias Pavón dijo...

Le doy las gracias por haberse interesado en el final que añadí a su maravilloso relato y por haberme dedicado un espacio en su fantástico blog, esto sin duda me ha animado a adentrarme en el mundo de la escritura.

Félix G. Modroño dijo...

Me ha sido muy grato, Sandra.
No dejes de leer... ni de escribir.

Terremoto dijo...

¡muy bueno!, sin duda tienes talento.
Me ha encantado. Ha llegado a tocar mi corazón.

Félix G. Modroño dijo...

Llevas toda la razón, Terremoto. Lo tiene.
Un cordial saludo.