domingo, 24 de octubre de 2010

Casa Moreno

(Vaya por delante que echo de menos los bollos de mantequilla y, sobre todo, las palmeras de coco de mi tierra natal).
Una de las cosas que más me llamaron la atención cuando arribé en Andalucía es que se desayunaba salado. Es decir, tomaban el café con tostadas de aceite, jamón, sobrasada, paté, etc. Uno que no es muy amigo del café y que solía desayunar leche con galletas o con bollos de mantequilla o con palmeras de coco (¡snif!), se tuvo que acostumbrar a las tostadas saladas y aún hoy no tengo una bebida fija con que tomarlas: zumo, té, leche fría, coca cola o café con leche y con hielo (lo reconozco, una pequeña guarrada).

El hecho es que, con los años, le he tomado el gusto al rollo éste de las tostadas. Y después de haber desayunado en más de un centenar de bares de toda Andalucía he de reconocer que las que más me gustan son las elaboradas con el pan de semillas del Hotel Bécquer y las de la inigualable Casa Moreno.

El encanto de Casa Moreno (ubicada en el número 7 de la calle Gamazo) reside en tres pilares entrelazados que hacen de esta vieja abacería o colmao un lugar que no hay que dejar de visitar en Sevilla. A saber: la calidad y variedad de sus tostadas (se puede tomar de todo); la calidez en el trato de Quisco, Carmela o Emilio y su pintoresca decoración.
Casa Moreno está atiborrada de fotos de toros, carteles de corridas y de todos los Cristos y Vírgenes de Sevilla (y miren que son unos cuantos) que acompañan al colorido de sus productos alimenticios. Como ejemplo, en el rótulo de la Junta informando de la existencia de la hoja de reclamaciones hay una estampita de la Macarena (a ver quién es el guapo que reclama algo).

Yo mismo he contribuido, regalándoles una de mis fotos de El Cachorro. Sólo ocupa un rinconcito, pero me siento orgulloso y cada vez que acudo a tomarme mi tostada de lomo a la pimienta con torta de la Serena, mi mirada busca fugazmente la imagen de ese Cristo que inspiró mi primera novela.

6 comentarios:

Félix dijo...

Se me hace la boca agua. Yo, que sí soy de tostadas variadas o churros, es decir: desayuno salado, echo de menos por estas tierras de meseta esa costumbre tan del sur. Y, ciertamente, estoy contigo en la calidad del pan del Bécquer y en la del resto del Moreno, aunque hay más, muchos mas lugares en esa ciudad en los que disfrutar de un desayuno pausado, de terraza y amigos (que es lo que hago yo pues siempre que voy lo hago sin plan ninguno salvo el de disfrutar). En eso, lo sabes, te envidio.
Cordialmente,
Félix

Lola Montalvo dijo...

Lo que a mí me llamó poderosamente la atención cuando vine a vivir aquí, es que los desayunos son una gastronomía por sí misma. En Madrid hay -o había- un tipo de tostada. Aquí hay decenas, tantas como tipos de pan, que son una legión. Aparte la mantequilla salada: me quedé pasmá cuando vi que había mantequilla y margarina saladas. La manteca colorá, el lomo en manteca, el aceite, los diversos patés, el tomate, el jamón... ¡Lo que te digo: una gastronomía en sí misma!
No conozco ese baretito, pero lo visitaré... Besos miles

MADOLOK dijo...

Mi tapa preferida es la tortilla de patata, hasta ahi todo normal, pero es que aún tomandola al mediodia y en verano, me la tomo con un café con leche, una guarrada como dices Felix...o una excentricidad, pero a mi me sabe mucho mejor asi.
España gracias a Dios es muy variopinta en cuanto a gastronomia y tenemos costumbres y lugares muy diversos donde poder disfrutar de nuestras preferencias...aunque sean extrañas.
Un saludo cordial.

Anónimo dijo...

Me encantan ese tipo de establecimientos, de los que aquí hay la tira. No hay nada como meterse en un tasca con solera, ubicada en una callecita estrecha o en un rinconcito perdido, así como el que no quiere la cosa.

Habré pasado por Casa Moreno infinidad de veces, pero no recuerdo haber entrado nunca. Así que, ya tengo tarea a corto plazo.

Os hago una recomendación, en la calle Pureza (junto a un restaurante griego) hay una abacería cuyo nombre no recuerdo, pero es el tipíco lugar de manteles de cuadros rojos y blancos, donde te puedes tomar un buen vino y un poco de chacina en su peculiar papel de estraza.

Un saludo,

:-]

PD: Félix, cada vez que hablas del Cachorro, me da un subidón. ¿Te has acercado a la capilla para ver el nuevo retablo? Hay todo tipo de opiniones al respecto. Para mí, al Cachorro le sobra todo tipo de ornamentación. Le basta consigo mismo.

Félix G. Modroño dijo...

Pues sí, Félix: yo también echo de menos desayunar así en los bares de la meseta. Pero, al menos, podemos hacerlo en casa. Yo ya sabes que hasta me tomo huevos fritos en Villalpando. Y consuélate con que vienes por aquí de vez en cuando. Así te sabe mejor. Un abrazo.

Tienes razón, Lola:
toda una gastronomía. A los mejores, hasta les deberían dar estrellitas Michelín. Un cordial saludo.

Madolok, ¿tortilla de patatas con café con leche?¡Puaj! Eso es como mojar salchichas en el colacao... Es broma. Sobre gustos, ya se sabe. Saludos.

Anónimo, visitaré esa abacería de la calle Pureza; si puedo, esta semana mismo. Con respecto al Cachorro, qué quieras que te diga. He visto el nuevo retablo en fotos y me parece demasiado recargado. Pienso como tú. Pero qué voy a decir yo, que novelé su nacimiento.
Un afectuoso saludo.

MADOLOK dijo...

Hombre Felix! No pingo la tortilla en el café, pero hoy mismo la he tomado en una cafeteria y mientras los demas se la tomaban con un vino, una caña o un mosto, yo me la tomé con mi café con leche...y me pusieron una pastita al lado,eso ya no me apetecia.
Lo has probado? Lo de las salchichas en el colacao...je,je.je.