sábado, 16 de octubre de 2010

Enhorabuena, maestro

A veces, te tiras cursos enteros yendo a clase para no aprender casi nada y, en cambio, de repente, en algún momento hablas con alguien unos minutos y te enseña lo que otros no han sido capaces en un año.
Nos presentó un amigo común en la Feria del Libro de Bilbao del pasado mes de junio, y tuve la suerte de compartir cervezas y conversación. Allí descubrí a un tipo afable, con un enorme sentido del humor como persona inteligente que es (al escritor ya le conocía).
Se interesó por la novela que me traigo entre manos y me comentó que para escribir de una ciudad hay que distanciarse de ella, aunque la quieras mucho.
Entre sus anécdotas, nos contó cómo don José Manuel Lara había creado Planeta.
Casualmente, por sugerencia de mi editor, me estaba leyendo La ciudad de los prodigios así que dado que nos encontrábamos en la cafetería del Hotel Abando, subí a la habitación y me bajé el ejemplar para que me lo dedicara, como admirador suyo que soy.
Hoy, me acabo de llevar una alegría al enterarme de que ha ganado el premio Planeta, y sólo puedo decir una cosa: enhorabuena, maestro.

3 comentarios:

francisco aranguren dijo...

Buena noticia para el Premio. Se hablaba como posible ganador de Javier Marías. Eduardo Mendoza es como muchos escritores en uno. Maestro, desde luego. Pero quizás con un exceso de dotes verbales. Demasiada capacidad. Le pasa como a Vargas Llosa, alterna cosas buenas, obras maestras y cosas solo pasables. A mí me gusta como libro sobre Barcelona el de Vila-Matas ("Desde la ciudad nerviosa"), un texto a base de apuntes, pinceladas. En cambio "La ciudad de los prodigios" me parece un exceso, excesivamente ambiciosa (hasta petulante, siendo una obra maestra). Prefiero a los pintores impresionistas, porque te permiten crear la imagen en tu ojo de espectador (no te la dan terminada).

Lola Montalvo dijo...

Enhorabuena, pues!!!
Besos miles

Anónimo dijo...

La de Vila Matas no es una novela sino un conjunto de artículos publicados en prensa. La Barcelona actual queda mejor reflejada en otras novelas de Mendoza ambientadas en nuestros días, como la trilogía del detective loco o Mauricio y las elecciones primarias (ambientada a mediados de los ochenta). La ciudad de los prodigios es magnífica, pero ya nos cae un poco lejos, entre las dos expos universales de finales del XIX y principios del XX.

Riña de gatos es una de las novelas más ligeras de Mendoza, no creo que iguale a sus grandes obras (La verdad sobre el caso Savolta y La ciudad de los prodigios). Me parecen ignominiosas las declaraciones de Mendoza sobre la figura de José Antonio calificándolo como memo, máxime cuando, en la época en que se desarrolla la acción de la novela, cayó el jefe de Falange preso (14 de marzo de 1936) y ya no volvería a conocer la libertad, siendo fusilado, como es bien sabido, el 20 de noviembre de 1936 en el patio de la prisión de Alicante. Se nos presenta en la novela una imagen bastante frívola de José Antonio, que por esa época ya había dejado definitivamente atrás sus coqueteos con los círculos aristocráticos y vivía consagrado a la difusión de su mensaje y a la lucha por sus ideas, lucha que, a la postre, le costaría la vida.

Lo dicho, no esperaba algo así de Mendoza.