jueves, 30 de junio de 2011

Villalpando (IV)

Un pueblo de mil y un rincones.

4 comentarios:

Tomás Mansilla dijo...

Cuantas veces nos jugabamos el pescuezo intentando subir por esos escalones, por cierto, nunca pude llegar arriba, podia mas en mi el miedo, que las ganas de conseguir la cumbre, !!Que tiempos aquellos!!

Félix G. Modroño dijo...

A mí también me pudo la prudencia, Tomás.
Saludos.

Anónimo dijo...

Yo tambien lo intenté muchas veces y ahora me pregunto otras tantas que habria pasado si hubiera subido.Creo que una mayoria de adolescentes lo intentamos,casi niguno nos atrevimos.
Saludos.

Félix G. Modroño dijo...

Ay, anónimo:
si ese pensamiento lo tuviéramos sólo con las escaleras de San Lorenzo...
En nuestro descargo, diré que hay varios peldaños rotos y que tanto la subida como la bajada entrañan peligro. Por no hablar de las telas de araña de los bichos o de las ratas... o de los espíritus que a buen seguro pueblan la torre cuando cae la noche.
Un cordial saludo.