miércoles, 8 de octubre de 2008

El Hospital de la Caridad

Sin duda, el Hospital de la Caridad es una de las joyas más desconocidas de Sevilla. Imposible encontrar un barroco más puro en tan reducido espacio. Posiblemente este conjunto constituya la cumbre del barroco español.
Su capilla en honor de san Jorge es una maravilla arquitectónica que alberga, a su vez, obras artísticas de enorme valor. Los principales imagineros, pintores y retablistas de la época participaron en la creación de un espacio único, que no deja indiferente a quien lo conoce.
Entre sus paredes aún se puede sentir el afán de Murillo, de Simón Pineda, de Valdés Leal o de Roldán en plasmar el empeño de don Miguel de Mañara en hacer ver la estrecha línea que separa la vida de la muerte.
Supongo que cada novela tiene un lugar que la inspira... si yo no hubiera conocido el Hospital de la Caridad, tampoco hubiese escrito “La sangre de los crucificados”.
Pero el Hospital de la Caridad es más que un edificio repleto de arte.
Durante la última Feria del Libro tuve la oportunidad de acudir junto a algunos de mis lectores. En una de las visitas sucedió algo casi mágico: entrábamos charlando y al llegar al patio que se ve en la foto el grupo, compuesto por más de cincuenta personas, enmudeció. El murmullo del agua, brotando de las fuentes, ponía música a un silencio provocado por la admiración.
Durante un efímero instante, creo que todos sentimos una tremenda paz interior.

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